Cada vez que alguien que acabo de conocer se entera de que soy maestra de escuela intermedia, me encuentro con comentarios como: «¡Estás loca!» O «Wow, eres valiente». ¿Y sabes qué? Probablemente tengan razón. No tengo hijos propios, pero como maestra de adolescentes, a menudo me siento como una madre. Y aunque amo enseñar a esas mentes jóvenes impresionables, y algunas veces incluso pienso que mis estudiantes son «cool» (no se lo digan), me defraudan de vez en cuando.
Este poema no está dirigido a ningún evento en particular que haya experimentado últimamente, sino que es un reflejo general de cómo a veces, por mucho que tratemos de no dejar que los asuntos de la escuela nos afecten, los pensamientos y las preocupaciones sobre nuestros chicos se entrometen en nuestras mentes y vidas personales. Estoy segura de que, con el tiempo, algunos maestros han desarrollado un caparazón contra esas cosas, pero también sé que otros maestros más nuevos como yo, pueden identificarse con este sentimiento raro, pero muy cierto, especialmente en los últimos días del año escolar, cuando el estrés está en niveles altos. Quiero hacerte saber … Te entiendo. He llorado. Y a veces, eso es todo lo que necesitas para sentirte libre.
Aclaración: No creo que soy, ni pretendo ser, una [muy] buena escritora. Más aún, este es mi primer poema en inglés. La idea me vino en inglés, así que lo escribí y más abajo lo traduzco. Espero que leas este poema por lo que es: un sentimiento muy simple expresado en palabras.
Gracias por estar aquí.

The day you cry
There’s a day,
A day you cry.
A day when everything comes down.
A day when everything bright
goes dark.
A day in May.
You’re feeling ready and eager
For summer to come,
Grading papers,
Having a bit of fun.
The classroom’s a mess
And something is true:
The last days of school
Are crazy for all.
And then something pops,
A deep disillusion.
Your kids are no longer kids.
They want to do stupid things.
They want to skip
The prettiest of ages;
They break the illusion.
And you start to question:
Did I teach them well?
Did I mention
That stupid decisions
Can break you to pieces?
That they are just kids,
That there’s nothing better
Than sleeping late
And having no worries?
Did I tell them
That there are mistakes
That follow you forever,
High-stakes?
And that day,
That day in May,
Everything is bitter.
You’d promised yourself
To not let it in,
To let school be
between the walls it is.
But your mind
And your heart,
They hurt.
Deeply.
There’s a day,
A day in May,
You go back home
And school’s in your pocket.
And just like a locket
That’s broken and rust,
The tears build up,
The feelings run,
And break down the dam.
There’s a day,
En español…
El día en que lloras
Hay un día,
un día que lloras.
Un día cuando todo se viene abajo.
Un día cuando todo lo brillante
se vuelve oscuro.
Un día de mayo.
Estás lista y emocionada
por la llegada del verano,
Revisando trabajos,
divirtiéndote un poco.
El salón está regado
y algo es certero:
los últimos días de clase
son una locura para todos.
Y entonces algo revienta,
una gran desilusión.
Tus chicos ya no son chicos.
Quieren hacer cosas tontas.
Quieren saltarse
la etapa más hermosa;
rompen la ilusión.
Y empiezas a dudar:
¿Les habré enseñado bien?
¿Les habré mencionado
que las decisiones tontas
pueden romperte en pedazos,
que son solo niños,
que no hay nada mejor
que dormir hasta tarde,
sin preocupaciones?
¿Les habré dicho
que hay errores
que te persiguen por siempre,
de alto riesgo?
Y ese día,
ese día de mayo,
todo sabe amargo.
Te habías prometido
no dejarte afectar,
que la escuela se queda
en la escuela.
Pero tu mente
y tu corazón
duelen.
Profundamente.
Hay un día,
un día de mayo
que regresas a casa
con la escuela en el bolsillo.
Y tal como un pendiente
roto y enmohecido,
las lágrimas se acumulan,
corren los sentimientos,
y la represa rompe.
Hay un día,
un día en que lloras.
©️2018 Keira Lebrón | La Misi de Español
