Cuando me tocó enseñar por primera vez con los mapas curriculares de 7mo grado en Puerto Rico, descubrí que en las primeras seis semanas de clase, mis estudiantes debían producir una composición de varios párrafos aplicando las técnicas de persuasión. Pero, ¿cómo iba a enseñar sobre cómo persuadir efectivamente, si a mí nunca me lo enseñaron? ¡En los mapas curriculares (y en mis libros de texto) no aparecían estas técnicas nombradas por ningún lado!
No sé tú, pero yo estudié educación, no publicidad. Y aunque sí, sabemos que hay distintos tipos de discursos y bla bla bla, aparte de identificar que un escrito era narrativo, o expositivo, o descriptivo, o persuasivo, poco se me había enseñado sobre qué los hacía caer bajo una u otra categoría. Me parecía absurdo pedirle a un estudiante “Persuádeme”, sin darle las estrategias ya probadas sobre cómo persuadir. Así que me puse a investigar lo que a mí nunca me enseñaron sobre la persuasión…
No es lo mismo persuadir que argumentar
Primero, comprendí que, aunque muchas veces se usan de forma intercambiable, persuadir y argumentar no son lo mismo. ¡Por fin descubrí esto! Porque mira que se me hacía difícil explicar, cuando en un ejercicio para identificar los tipos de discurso, mis estudiantes tenían que escoger entre persuasivo y argumentativo. ¡Qué lío! Y esta es la forma más clara en que lo pude explicar—y todavía hoy explico —la distinción entre ambos:
Con suficiente insistencia, puedo persuadir a alguien a hacer algo que no desea. Piensa, por ejemplo, en un niño que forma una rabieta en el centro comercial porque desea un helado. El padre, tal vez, motivado por el deseo de que el niño se calle y deje de atraer la atención de las miradas «juzgonas» de la gente, se lo compra y se muere un poquito por dentro mientras el niño, con las lágrimas secas, se disfruta el helado que no se merecía sin dar un simple «gracias».
El niño persuadió al padre; sí, lo convenció de hacer algo que el padre no quería hacer. Pero lo que está claro es que no argumentó. No brindó razones lógicas por las cuales su papá debía comprarle un helado. Si, en lugar de llorar, hubiera dicho «Papá, me porté muy bien en tu reunión de negocios, ¿me compras un helado?», o «El helado tiene calcio y eso es bueno para los dientes», entonces estaría argumentando. Claro, no estoy diciendo que un niño que todavía forma rabietas tiene necesariamente la madurez para argumentar, pero ciertamente hay una diferencia en ambas situaciones.
Ethos, Pathos y Logos
Entre lo que descubrí cuando me puse a explorar esas técnicas de persuasión que tendría que enseñar a mis estudiantes, estuvo que la figura del pensador griego Aristóteles no dejaba de aparecer en mi investigación.
Y es que fue el filósofo del periodo clásico quien desarrolló un modelo de comunicación persuasiva que incluía tres componentes: ethos, pathos y logos. Puedes aprender muchísimo de estas tres estrategias de persuasión consultando a tu amigo Google, pero aquí te resumo lo básico:
Ethos. En español, podemos referirnos al ethos como la credibilidad de quien habla o recomienda. ¿Un experto en el tema? ¿Hay personas famosas detrás de esta idea o producto? ¿Son personas respetables, honestas?
Pathos. Se refiere a apelar a las emociones. Las personas se persuaden a través de cómo el mensaje o su tono los hace sentir: emocionados, tristes, motivados, temerosos, entre otros.
Logos. Esta estrategia es poderosa porque apela a la razón. Se presentan argumentos mediante datos probados, estadísticas, investigación, definiciones, causa y efecto, y otros que pueden convencer a la audiencia mediante la lógica.
En fin, debemos tener claro, que la argumentación es persuasiva, pero no todo lo persuasivo es argumentativo.
Si te toca enseñar sobre la persuasión, entonces, te recomiendo que no dejes fuera el explicarles a tus alumnos y mostrarles ejemplos de Ethos, Pathos y Logos en acción. Un buen lugar de partida es buscar anuncios publicitarios, discursos políticos, afiches, y otros ejemplos de la vida real, e ir discutiendo con ellos cómo se ven en uso estas estrategias.
En el salón de clases
Para mí, el primer paso, si deseo que mis estudiantes escriban una composición de varios párrafos al final de la unidad, es comenzar con lecciones sobre la estructura de los párrafos. Es absurdo esperar un ensayo si no saben escribir un párrafo.
Así que, si tus estudiantes llegan a tu clase con lagunas de escritura básicas, lo más importante es que los alcances donde están y refuerces esas destrezas de idea central, detalles de apoyo, y oración de conclusión.
Entonces, puedes empezar a complicar la cosa con la persuasión. A mí me gusta comenzar con una escenificación donde hay un problema de persuasión, para que los jóvenes empiecen a interesarse por el tema y vean la importancia de persuadir efectivamente.
Luego, explico y discuto con ellos las estrategias de Aristóteles, y les doy algunos ejemplos concretos de cómo se logra o qué podemos incluir en cada estrategia. Por ejemplo, la siguiente es una conversación que se pudiera dar en mi salón de clases:
—¿Le comprarías vegetales a Samsung?
—¡No!
—¿Por qué no?
—Porque Samsung no tiene nada que ver con agricultura; es una compañía tecnológica.
—Excelente. Samsung no tiene Ethos para vender vegetales. Green Giant, por otro lado, sí.
¡Estas discusiones son súper interesantes para la mayoría! A medida que van entendiendo, querrán compartir cómo ellos o sus conocidos han sido «víctimas» de las estrategias de persuasión —o cómo las han resistido. Estas conversaciones son importantes, para que los estudiantes vean que hay muchos ejemplos de persuasión en nuestro diario vivir.
También, tengo algunos videos que me gusta usar en clase para demostrar el Pathos en acción. Hay un anuncio de las aspiradoras Dirt Devil que no siempre uso, porque puede causar una impresión un poquito fuerte, aunque es muy gracioso y tiene un final inesperado (es una parodia de El exorcista). Evalúalo, y tú decides si lo puedes usar en clase. Este año, como estábamos a distancia con una potencial audiencia extra detrás de la pantalla, me dije: «No me voy a buscar problemas», así que usé otro anuncio mucho más ligero de Coca Cola. Puedes ver ambos aquí debajo:
Para ejemplificar el Logos, una idea es buscar alguna conferencia Ted que presente datos o estadísticas sobre algún tema. Aquí hay una muy interesante que persuade sobre una propuesta de diseño y viajes eco amigables (es en español, y se le pueden activar subtítulos en inglés). Es bastante excéntrica, pero presenta datos interesantes.
Después de explicar y ejemplificar las estrategias de Aristóteles, es hora de comenzar a escribir. Primero, el estudiante debe seleccionar un tema. Luego, les proveo una serie de organizadores gráficos para guiar la redacción del borrador. Este borrador lo intercambian con otro(s) estudiante(s) para hacer edición y revisión cooperativa.
En este punto, me gusta darles un descanso del proceso de escritura y les doy un día para crear un afiche (póster) gráfico sobre su tema. Puedes aprovechar este momento para hacer conferencias de escritura con tus estudiantes que requieren más apoyo. Finalmente, redactan su copia final. Puedes dejar la unidad ahí o hacer que presenten su ensayo como discurso.
Algunas recomendaciones
Brinda a tus estudiantes una lista de posibles temas para persuadir. Si no lo haces, algunos se pueden «trancar» antes de empezar. Propón temas de actualidad y de interés para ellos.
Ojo: El primer año, permití que mis estudiantes usaran productos y marcas para redactar su texto persuasivo, pero sentí que lo tomaron un poco «a relajo». Algunos crearon prototipos de productos inventados, y se perdió un poco el enfoque serio de las estrategias. A partir de esa experiencia, limité los temas que les propongo a ideas o causas.
Los alumnos pueden proponer un tema con mi autorización. Para escoger su tema, este debe cumplir con tres criterios básicos: que sea interesante, importante, y controvertible. No sé tú, pero mis estudiantes están hartos de charlas sobre bullying. Es un tema importante, claro, pero también es un tema híper trabajado. Así que, a menos que se toque desde una perspectiva diferente, el efecto puede ser contrario al que se espera.
Modela, modela, modela. Pasa por el proceso de escritura frente a tus estudiantes. Es importante que muestres claramente lo que esperas de su trabajo.
Aquí puedes leer mis recomendaciones para trabajar el proceso de escritura.
Más ayuda
Desde que empecé a enseñar persuasión con este enfoque, es uno de mis temas favoritos. Me encanta la experiencia de enseñarlo y la respuesta de los estudiantes. Por eso, si aún sientes desorientación, decidí preparar un recurso completo con el cual tendrás materiales para guiar tus lecciones.
Estos materiales les han dado confianza a muchos docentes en la enseñanza de esta compleja destreza de escritura. Aquí algunas reseñas en mi tienda de Teachers Pay Teachers:



Puedes adquirir este recurso aquí o como parte de mi paquete de tres unidades de escritura (escritura persuasiva, cuento, y reseña). Solo haz clic en la foto que te interese.
Estoy muy deseosa de saber cómo estas ideas pueden transformar tu enseñanza de la escritura persuasiva. Déjame saber si te ha sido útil.
¡Hasta luego!

EXCELENTE RECOMENDACIóN, LOGRé MI OBJETIVO Y EN ADICIóN TRABAJé EL BUNDLE DE LA ARGUMENTACION CON UNA DE LAS CANCIONES DEL MUSICAL HAMILTON. FUE EXCELENTE Y A ELLOS LES ENCANTó. GRACIAS POR TUS RECOMENDACIONES.